Por: Jorge E. Jiménez. @Jolombiano / Tw: @CinefilosRadio / Fb: Cinéfilos Radio
Silvio Vega, Lucia y
Fernando son tres personajes distanciados por el tiempo y el pensamiento, ellos
hacen parte del relato de la película Tierra en la lengua. Una narración íntima
y familiar del director colombiano Rubén
Mendoza.
Don Silvio un patriarca de
los llanos orientales está agotado y antes que lo alcance la muerte natural le
pide a los dos nietos más “vagos” de la familia que
lo maten a cambio de todas sus tierras, que se ven sitiadas por la guerrilla
colombiana.
La
fuerza imponente y machista de Don Silvio representado por el novel actor Jairo Salcedo, es contrastada por la
sutileza, feminidad y paciencia de Lucia (Alma Rodríguez) quien defiende la memoria de su
abuela que yace en un cofre que contiene sus cenizas, un objeto en constante
disputa.
Por
su parte Fernando (Gabriel Mejía) hace resistencia a la desfachatez de su abuelo
con el arte del no “pararle bolas”
una actitud que viene marcada por el resentimiento y a travesada de un cariño
profundo.
La
vida del llano y los paisajes con su majestuosidad se plasman en los fotogramas
de una investigación previa a las costumbres de la región. El coleo y el
sacrificio de animales para el consumo se describen dentro del relato de la
película en un paralelo de la tenacidad de Don Silvio al resistirse al secuestro.
Los
sonidos del campo, la tos incesante de Don Silvio, la sangre y la familia vigorizan la estupenda interpretación de los actores. Hay que prestarle ‘atención de vaca’ a esta película,
una de las más inquietantes y sinceras
que demuestra un Cine Colombiano de calidad; emociona, entretiene y sobre todo nos sobre coge y nos narra.
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